Quince años María Paula

Aún recordamos cuando doña Sonia, la mamá de María Paula, nos llamó a cotizarnos la sesión prequinces. Nos preguntó disponibilidad, seguidamente nuestros planes y por último nos hizo una pregunta: "la niña tiene autismo ¿hay algún inconveniente con eso?" Nosotros realmente no le vimos problema a la situación, solo le pedimos a doña Sonia que necesitaríamos que nos guiara durante toda la sesión y de inmediato programamos el encuentro. 

Doña Sonia ya tenía claro el lugar donde se realizaría la sesión, un espacio cómodo, tranquilo y el cual María Paula ya conocía, lo que le generaba más seguridad. Según lo que nos había indicado doña Sonia en una de las llamadas, pensábamos que la sesión sería difícil, pero en realidad no lo fue y, por el contrario, María Paula nos regaló una mañana de muchos aprendizajes, pero sobre todo, nos confirmó lo bonito, grande e infinito que es el amor de una mamá. 

Ella fue toda una modelo, seguía nuestras indicaciones y, cuando quiso regalarnos varias sonrisas, pudimos ver en ella una de las sonrisas más transparentes y especiales que hayamos podido recibir.